miércoles, 15 de mayo de 2013

La sola certeza de mi presencia

Anoche,
tomé dos decisiones,
una,
que deseo dedicar mi tiempo a escribir,
otra,
que deseo que mi deseo pueda existir, se pueda expandir.

Anoche,
mastiqué algunas emociones,
otras,
no las pude digerir.

Anoche,
sólo Julia de Burgos pudo salvarme
del abismal vértigo
que provoca la consciencia
de la finitud de la existencia.


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